AJEDREA (Satureja montana L.) El origen de esta planta la sitúa en el mediterráneo, pero puede crecer en los lugares secos y calurosos.

Como condimento alimentario se emplea en el aliño de las olivas, también se puede utilizar en guisos y al tener un tono picante es interesante para las dietas sin sal.

Sus aceites nos ayudan a combatir los gases y tiene propiedades diuréticas, antiespasmódicas y pectorales. También nos puede ayudar a combatir los parásitos intestinales y como estimulante sexual. Por último, la podemos utilizar para aliviar la picadura de abejas o avispas machacando hojas frescas y aplicándolas sobre la picadura.

La podemos utilizar mezclando dos partes de ajedrea con una parte de romero y una parte de regaliz, cogemos de esta mezcla una cucharada de postre y la infusionamos en un vaso de agua durante dos minutos, la dejamos reposar durante cinco minutos y tomamos tres vasos diarios.

CALENDULA (Caléndula officinalis). Aunque hoy en día se cultiva en toda Europa la caléndula es originaria de Egipto, es de color amarrillo anaranjado y tiene la misma peculiaridad que los girasoles, es decir sigue al sol en su giro diario.

La principal acción de la caléndula es dérmica, aunque también es utilizada como acción emenagoga y reguladora menstrual, puede aumentar la producción de bilis y ayuda a mejorar la gastroenteritis y úlceras digestivas por su efecto antiinflamatorio.

Para ayudar a regular las hormonas y en caso de dolor de reglas o trastornos hormonales en general mezclaremos la caléndula a partes iguales con milenrama, artemisa y salvia, pondremos una cucharada de postre de esta mezcla en un vaso de agua y la cocemos durante un minuto. Antes de tomar debemos dejarla reposar durante cinco minutos y los haremos tres veces al día.                                                                                                                                         

Pero como ya hemos comentado su principal aplicación es de uso dérmico, aparte de suavizar la piel tiene efecto cicatrizante, ulceras externas, quemaduras, forúnculos y eczemas.

El aceite macerado de la caléndula lo podemos usar para las hemorroides y si le añadimos una quinta parte de lavanda la podremos utilizar para aplicar en las quemaduras solares.

En crema o ungüento la podremos utilizar para las manos cuarteadas, pezones en la lactancia, sabañones e incluso en hongos, pies de atleta y aftas

Por último, comentar que tanto en aceite como en crema resulta bastante apreciada para la piel de los bebes.

HAMAMELIS (Hamamelis virginiana). Es un árbol de hoja caduca que puede llegar a alcanzar de cinco a diez metros de altura, su origen se sitúa en Canadá y Estados Unidos y tiene unos frutos parecidos a las avellanas que cuando están maduros estallan de una forma ruidosa.

La Hamamelis contiene gran cantidad de nutrientes:

  • Flavonoides, como la quercetina, isoquercitina y miricitina que aportan propiedades antioxidantes.
  • Taninos, como acido gálico y hamamelitatina con propiedades astringentes.
  • Hidratos de carbono y saponinas.
  • Aceites esenciales como el safrol, alcohol y esteres con propiedades hemostáticas y antisépticas.

Debido a estos nutrientes la Hamamelis tiene dos acciones diferentes, una venotónica lo cual produce que las venas y capilares se contraigan y hacen que la sangre fluya con más fuerza debido a los taninos y la otra acción es vitamínica debido a los flavonoides. Lo que conseguimos con estas dos acciones es por un lado fortalecer las paredes de las venas y los capilares y por otra protegerlas.

En definitiva, las Hamamelis la podemos utilizar como ayuda a combatir las siguientes patologías:

  • Varices, podemos utilizar Hamamelis tanto en uso tópico masajeando como en infusión o suplemento.
  • Flebitis, su acción venotónica reduce la inflamación de las venas.
  • Mala circulación de piernas.
  • Hemorroides
  • Acné, por sus propiedades astringentes y antiinflamatorias.
  • Tónico facial, por la cantidad de taninos que contiene.
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